Enaex ya piensa en el 2020

Enaex ya piensa en el 2020

25_juan_andres_errazurizWEBLa filial de explosivos del grupo Sigdo Koppers definió una meta para fines de la década: duplicar el valor de la compañía. Para eso, la firma aspira a consolidarse como el principal operador de la región y llegar a México, Estados Unidos y Canadá.  Aunque 2015 recién da sus primeros aprontes, en Enaex están pensando a largo plazo y ya miran hacia el 2020. La filial del grupo Sigdo Koppers -especialista en la fabricación de explosivos para la industria minera y de obras civiles- definió un plan estratégico de crecimiento, con el cual aspira a dar cumplimiento a una desafiante meta que se autoimpuso para fines de la década: duplicar el valor de la compañía.

¿Cómo lo hará? Aumentando la capacidad productiva en los cinco mercados de la región en que está presente y sumando nuevos países a su portafolio. Hoy, Enaex tiene un patrimonio bursátil de US$ 1.318 millones. Con operaciones en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, la empresa es el tercer mayor productor de nitrato de amonio a nivel mundial, principal materia prima para la fabricación de explosivos. Con más de 90 años de trayectoria, la firma presta servicios a las principales mineras del país, como Antofagasta Minerals, AngloAmerican, Codelco y BHP, entre otras.

“Nuestro plan es estar en toda la región y consolidarnos como el actor principal. Aspiramos a llegar al 2020 duplicando el ingreso de la compañía”, adelanta Juan Andrés Errázuriz, gerente general de la compañía.

En 2013, la firma obtuvo ingresos consolidados por US$ 648 millones y a septiembre de 2014 acumulaba US$ 471 millones. Un 60% de las ventas corresponde al negocio de explosivos y servicios, mientras que el restante 40%, a la línea de comercialización de productos. El mercado local aporta el 70% de los ingresos y las exportaciones, el 30%.

Enaex, según detallan en la compañía, tiene el 60% del mercado doméstico de explosivos y servicios, que mueve al año unos US$ 700 millones. Acá, compiten con la australiana Orica, el mayor fabricante de explosivos del mundo. Más atrás están la también australiana Dyno Nobel y la española Maxam.

La ruta de la expansión

Dos rutas tomará Enaex para expandirse: vía crecimiento orgánico y también comprando otras plantas. “Estamos abiertos a la posibilidad de adquirir compañías que estén operativas”, aclara Errázuriz. Y han dado pasos concretos en esa dirección.

En Perú, a mediados de 2014, Enaex pagó US$ 5 millones por la empresa Chemtrade, con la cual ganaron el suministro de nitrato para el complejo minero Antamina, uno de los mayores yacimientos de Perú. Chemtrade tiene capacidad de 10.000 toneladas al año y la idea es llegar a las 90.000 anuales. A corto y mediano plazo, requerirá inversiones por US$ 30 millones, añade el ejecutivo.

A Brasil ingresaron en 2012 con una inversión mayor. Junto con el grupo Brescia, adquirieron la firma de explosivos Britanite, en US$ 120 millones. En el gigante sudamericano la empresa tiene el 40% del mercado. “Ahí somos muy fuertes en obras civiles, pero no tanto en minería. Queremos fortalecer nuestra presencia en el rubro minero, donde el norte de Brasil está creciendo en minería de hierro”, comenta Errázuriz. Este año invertirán US$ 10 millones.

En Colombia iniciaron operaciones en 2011, con una planta de emulsiones encartuchadas (insumo para tronaduras), en asociación con la estatal Indumil. Tienen la intención de avanzar en el área de servicios, donde ven gran oportunidad para crecer.

Argentina es otro mercado donde Enaex pretende crecer y evaluar nuevas inversiones. Ahí están hace cuatro años y tienen el 20%. En 2014 inauguraron una nueva planta de emulsiones no explosivas a granel, en la provincia de San Juan.

Chile es un mercado que consume 600 mil toneladas al año de explosivos; Colombia, algo menos de 200 mil toneladas; Brasil, en torno a 250 mil, y Perú, unas 350 mil. “Pese a ser países más grandes que Chile, son mercados más pequeños y menos desarrollados en el negocio de explosivos y, por lo mismo, presentan un tremendo potencial de crecimiento. Queremos estar ahí para aprovechar las oportunidades”, sostiene.

La prioridad de Enaex será fortalecer su posición en la región. “El objetivo es acompañar a nuestros clientes en su expansión regional. Hoy, nuestra prioridad son los países mineros de Latinoamérica”, detalla.

En un horizonte mayor, el turno será de Norteamérica. “Estamos pensando en México, Estados Unidos y Canadá en una segunda etapa del proceso de internacionalización”, afirma Errázuriz, y cuya declaración de principios deja en claro el perfil de la compañía. “Somos una empresa regional y, a largo plazo, la meta es ser una empresa global”, agrega.

México asoma como el paso siguiente para la firma. “A ese mercado exportamos hace tres años y hoy vendemos 50 mil toneladas. La idea es estar instalados productivamente en el mediano plazo”, anuncia el ejecutivo. Por el momento, están viendo establecer un acuerdo con un operador local para levantar un centro de distribución en el norte del país.

Sale Ica, entra Mejillones

En 2011, Enaex, en sociedad con el grupo local Brescia, anunció la que sería su inversión más cuantiosa: una planta de nitrato de amonio en la región de Ica, Perú, que consideraba una inversión cercana a US$ 800 millones. Pero en 2014 los socios decidieron no seguir con el proyecto. “No se va a ejecutar”, enfatiza Errázuriz.

Por dos razones. Primero, no había suficiente abastecimiento de gas para el proyecto que garantizara el hidrocarburo para 20 años de operación de la planta, precisa Errázuriz. “En Camisea tienen reservas probables, pero no confirmadas, porque no se han hecho las exploraciones suficientes que den garantía. Y si quieres hacer un proyecto, el banco pide que sean reservas confirmadas”, explica.

Segundo, añade, con la aparición del shale gas en Estados Unidos, la competitividad de la planta disminuyó. “Cuando partimos con el desarrollo del proyecto, el precio del gas rondaba US$ 11 y ahora es de US$ 3 y US$ 4 en Estados Unidos. Hoy, el insumo no es tan competitivo en Perú”.

Para rentabilizar el proyecto, el precio del gas tiene que oscilar entre US$ 6 y US$ 7. “Para ello, se debe tener un precio similar al que se comercializa en Estados Unidos, pero incluso puede ser US$ 2 más y todavía es rentable”, plantea. Si a futuro cambian las condiciones del mercado, el proyecto podría reactivarse.

En su reemplazo, Enaex está impulsando el desarrollo de una nueva planta de nitrato en Mejillones. La instalación contempla una producción de 350 mil toneladas y US$ 350 millones de inversión. Tal producción se sumará a las 800 mil toneladas que hoy produce la planta de Mejillones.

“En 2015 nos vamos a concentrar en hacer la ingeniería de esa planta, lo que nos permite avanzar y estar listos y preparados para cuando la minería retome su ritmo normal de inversiones”, afirma Errázuriz. En 2016 podría empezar la construcción y en 2019 iniciar su producción.
Fuente: La Tercera/Jessica Marticorena